miércoles, 25 de marzo de 2015

El Heroe



EL HÉROE:

Madre, figúrate que vamos de viaje, que atravesamos un país extraño y peligroso.
Yo monto un caballo rubio al lado de tu palanquín.
El sol se pone; anochece. El desierto de Joradois , gris y desolado ,gris y desolado , se extiende ante nosotros.
El miedo se apodera de ti y piensa “ ¿Dónde estamos?”
Pero yo te digo: ”No temas , madre “.
La tierra está erizada de cardos y la cruza un estrecho sendero.
Todos los rebaños han vuelto ya a los establos y en  la vasta extensión no se ve ningún ser viviente.
La oscuridad crece, el campo y el cielo se borran y ya no podemos distinguir nuestro camino.
De pronto, me llamas y me dices al oído:”¿Qué es aquella luz , allí, junto a la orilla?” Se oye entonces un terrible alarido y las sombras se acercan corriendo hacia nosotros.
  te acurrucas  en tu palanquín e invocas los dioses.
Los portadores temblando de espanto, se esconden en las zarzas.
Pero yo te grito:¡ No tengas miedo, madre, que yo estoy aquí!
Armados con largos bastones , los cabellos al viento los bandidos se acercan
Y avisó la madre que venían armados.
Y la gente del pueblo proclamaría “¡Qué suerte la de la madre al tener a su hijo a su lado!

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